No hay peligro en ir caminando hacia el abismo. Es un trayecto cuyo significado depende de la intención de quien lo recorre, puede ser el itinerario que lleva a la contemplación del paisaje insondable o el que lleva a dar el último paso, el resolutivo, el que precipitará el cuerpo y el tiempo. Una carta abierta espera sobre su escritorio. Sus huellas dactilares viven sobre el teclado del ordenador portátil. En el obituario obviarán las anécdotas, y ellas son la explicación, el detonante del salto. Hay muertes que dejan tras de sí un reguero de culpables, también algún alivio. Qué más da. Cuando dicen que la vida sigue, deberían añadir que sigue porque activamos el modo olvido, el reinicio en blanco del disco duro. Que sigue porque se la suda. El próximo que irá hacia el abismo ya está de camino.
top of page
Publicar: Blog2_Post
bottom of page
Comments