La completitud de un hombre es estar en el ser. Parece fácil, pero por alguna extraña razón no lo es. Toda la materia, luz y criaturas del universo lo son en todo su esplendor, sin reservas, cada una en sí misma. Todas permanecen unidas a la fuente original y no manifestada. Un planeta basa su conciencia de ser siendo. Una hormiga es una hormiga siendo al cien por cien hormiga, sin dudas, sin balances, sin pretensiones de ser otra cosa, sin expectativas de "algún día seré una gran hormiga". Ya lo es, siempre lo ha sido, y lo será incluso cuando el paseo descuidado de un elefante la aplaste. Vida y muerte en uno. Pero nosotros nos percibimos como seres incompletos porque nos da la real gana, porque hemos encontrado un placer enfermizo en el miedo, en la depresión, en vivir fragmentados, en la memoria, en el pensamiento. En vez de ser lo que somos al cien por cien, hemos puesto nuestra identidad en lo que pensamos que somos. Y claro, el pensamiento siempre es incompleto, siempre anda insatisfecho, siempre nos vende la ilusión de la esperanza, de que allá adelante seremos plenos. Estamos atrapados en la forma y en su búsqueda incesante de frustración. Según caminamos hacia el horizonte, el horizonte se aleja. La felicidad es algo tan sencillo como tomar la determinación de ser feliz, sin excusas. La realización es ser un humano. No debería ser difícil para nosotros los humanos, como no lo es para la hormiga ser una hormiga. Ser humano es serlo aquí y ahora. Toma la decisión de serlo aquí y ahora. No lo postergues. No es cierto que haya algo más importante o urgente. Vuelve a colocar tu identidad en tu ser quieto, pacífico, vívido, extraordinario, informe; en tu cuerpo real, no en la imagen que has adquirido sobre lo que se supone que eres. El pasado no existe, por lo tanto no existe el dolor acumulado. El futuro no existe, por lo tanto no existen las expectativas. Existes tú, aquí y ahora. No te pienses. Sé humano con la naturalidad de ser lo que ya eres. Nada tienes que añadir a esa realidad, ni nada tienes que aprender, ni métodos ni dogmas. Tienes en ti todo lo que necesitas para ser un humano: una criatura fascinante y sabia cuando no imposibilita que pase por ella la fuerza que transita por todas las cosas. Una última apreciación: no caigas en la trampa de este razonamiento que acabo de hacer. Lo que aquí has leído no es vivir, es un razonamiento sobre la vida hecho de palabras. No hagas caso a los razonamientos...VIVE. Nada ni nadie te lo puede impedir desde fuera, no te lo niegues desde dentro. Pensar lo que eres puede ser un impedimento para ser. Vive y emplea la mente como la sirvienta que es. No le permitas que se adueñe de la casa, porque acabarás siendo un sin techo.
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