Cada vez soporto peor los egos cebados, sus fuerzas centrÃpetas, su vocación de centralizar en ellos el devenir de la historia o historieta. Son agotadores y succionadores de energÃa. Estoy cómodo con los afines, con los don nadie, con aquellos que se disuelven en su entorno sin intención de modificarlo ni de conquistarlo, con los que desoyen las urgencias de la personalidad. Es un descanso compartir lo que no es nuestro con quienes se marchan con discreción. Dejan huella, pero serÃan capaces de cortarse los dedos antes de atribuirse la autorÃa. La muerte hay que practicarla para que te salga bien. Los neuróticos evitan los ensayos, prefieren la medicación y el histrionismo. Los hombres simples se foguean "muriendo" de vez en cuando. No hay comparación. Dejemos a los triunfadores recoger sus trofeos y los aplausos mientras nosotros abrimos puertas con la curiosidad del niño, sin prejuicios. Respeto a quienes aspiran a acabar con la agitación corrosiva de la vida en vida. Saben que los deberes cuanto antes los hagas, antes te sabes la lección. También puedes esperar al último dÃa para sacar nota, pero no siempre sale bien.
Luis Amezaga