Solo existe el conocimiento de uno mismo. El resto de saberes son entretenimiento. Yo soy nadie que al indagar en si descubre la nada en la que todo cabe. El amor de ese no tiene limites. Se ama a sà mismo sin intención de amar. Cuando el sà mismo se mueve hacia la conciencia de sà reflejada, proyecta mundos. A ese contenido didáctico, lúdico y transitorio, lo conocemos como mente. Todo ocurre en el sà mismo, pero al sà mismo nada de lo que ocurre se le queda pegado. El mundo no es creación, es proyección. Cuando el proyector se apaga, el mundo se acaba. El proyector se llama mente.
Luis Amezaga